El ecosistema de tecnología financiera en Colombia y América Latina ha experimentado un gran avance en la última década. Andrés Fontao, Co-fundador y socio gerente de Finnovista, está convencido de ello. Esta compañía organiza anualmente el FinnoSummit, un evento dedicado a la tecnología, las finanzas y el networking, en el que participan diversos actores de la industria (emprendedores, inversiones, banqueros y aseguradoras) con el propósito de “crear un puente tecnológico que conecte la voluntad de transformar el mundo con el potencial de crecimiento”. En una conversación con Portafolio, Fontao resaltó la importancia de Colombia en el ámbito “fintech”.
Cuéntenos un poco, cuál es el foco de Finnovista…
Finnovista nació hace 11 años (2013) en España. Somos una firma de innovación y de capital de riesgo que invierte en etapas muy tempranas, y somos especializados en fintechs en la parte hispanohablante de América Latina. Nacimos con la convicción de que el emprendimiento tecnológico transformará y creará una disrupción en la industria de los servicios financieros.
¿Cómo ayudan a crear esos cambios?
Los tres puntos claves con los que trabajamos son el conocimiento, las conexiones y el capital.
¿Por qué decidieron invertir en América Latina?
Vimos una oportunidad para ayudar a construir el ecosistema fintech, para generar impacto. En esta región, desafortunadamente, la mitad de la población no tiene acceso a servicios financieros, usan la tecnología, pero las finanzas parecen ajenas. Vimos, entonces, que podíamos impulsar y acelerar la transformación de la industria para el bien común, para que las personas pudiesen empezar a tener acceso a servicios financieros formales.
Nos pareció una misión y un propósito noble en América Latina.
¿Cómo está la región actualmente en el ecosistema ‘fintech’?
Sigue siendo una de las geografías más atractivas y, para mí, es la de mayores oportunidades para seguir innovando en hacer banca, en ofrecer servicios financieros. No obstante, la brecha que existe entre acceso a tecnología y acceso financiero es muy amplia y vemos la tecnología como la vía para cerrarla.
Eso sí, en algunos sentidos América Latina ha tomado la delantera, por ejemplo, en temas de regulación fintech y en que el talento ha crecido mucho, comparado con hace 10 años que empezamos a trabajar.
En esa línea, los inversores están dispuestos a invertir más en fintech: es un ecosistema consolidado, que trae certeza a través de la regulación, a través del talento, a través de la tecnología y a través de los propios usuarios.
¿Qué pudo influir para que la región diera el salto que dio en ‘fintech’ en la última década, como usted lo referenciaba?
Yo creo que dos factores que influyeron, que ayudaron a dar mayor credibilidad y a madurar el ecosistema fueron la pandemia del covid-19 y el despegue de Nubank. Lo primero porque obligó a la ciudadanía a acercarse a servicios financieros digitales y lo segundo, que tiene un ‘factor Colombia’ por David Vélez (uno de los fundadores), porque demostró que era posible democratizar los servicios financieros.
Si tuviera que hacer un ‘top’ de los mejores países latinos en cuanto a ‘fintech’, ¿cuáles liderarían?
México fue pionero con la Ley ‘Fintech’ del 2017, pero ahora Colombia ha tomado la delantera, siendo uno de los países más progresivos en regulación y aprendiendo de lo bueno y malo que se hizo en territorio mexicano.
Aunque no trabajamos en Brasil, este país hay que considerarlo por la madurez de su ecosistema emprendedor. Y ya después siguen, diría yo, Argentina, Chile, Perú, los cuales están muy avanzados.
En el otro lado, ¿qué países están rezagados?
Hay que hablar de Centroamérica, aunque es una cuestión también de economía de escala, ya que son países mucho más chiquitos. Entonces, hay menos talento emprendedor, herramientas, conocimiento e incubación emprendedora.
¿Qué puntos de mejora tiene Colombia?
Colombia tiene un marco regulatorio de las fintech muy favorable, posiblemente el mejor de la región, al menos de la parte hispanohablante. Pero, ojo, no debe y no puede quedarse dormido. El país debe perseguir una mejora de esa regulación, escuchando a los emprendedores y a la industria financiera, y enfocándose en innovación, tecnología y capital. Esto último, creo, es lo que hay que respaldar con más fuerza, porque puede ser lo que más se extraña, sobre todo en etapas iniciales.
¿Cuál debería ser el aporte de los gobiernos de la región para que el ecosistema ‘fintech’ siga creciendo?
Sin duda, la regulación y evolucionar constantemente en ella. Después, ayudar a que el capital fluya y captar más. Finalmente, incentivar la colaboración y la educación financiera.
Fuente: Buenaventura