Contenido
La gente no cuenta con una cultura de prevención ante una muerte inesperada que impacte la economía de sus seres queridos.
Actualmente, el costo de contratar una póliza de vida comienza en 4 mil pesos al año. La cultura en torno a la prevención es escasa, lo que se refleja en el bajo número de personas que poseen una póliza de vida. A pesar de que estos seguros son bastante accesibles, muchos prefieren destinar sus ingresos a servicios que no ofrecen beneficios a largo plazo.
Por ejemplo, hay quienes pagan 500 pesos mensuales por aplicaciones en sus teléfonos. Según el asesor de seguros Arturo Cabrera, solo 3 de cada 10 personas en la región cuentan con una póliza de vida.
El asesor menciona que el costo promedio de una póliza de vida es de 4 mil pesos anuales, montos que se pueden financiar en cuotas mensuales. Esto es aplicable para personas a partir de los 25 años, quienes, en caso de fallecimiento, podrían asegurar a sus familias con al menos un millón de pesos. Para adultos de 50 años el costo varía entre 18 mil y 25 mil pesos, ya que a esa edad son más propensos a eventos fatales, lo que eleva el precio del seguro.
A nivel nacional, la Asociación Mexicana de Agentes de Seguros y Finanzas indica que 3 de cada 10 personas tienen algún tipo de seguro de vida, médico, de vivienda o de automóvil, cifras que se reflejan claramente en la comunidad.
Sin conciencia.
El dilema radica en que la población prefiere invertir en aplicaciones para smartphones o en servicios de streaming que ofrecen música, películas y series, con un costo de entre 200 y 500 pesos al mes.
Mientras tanto, ocho cuotas mensuales de 500 pesos equivalen al pago de un seguro que podría proteger a las familias si el asegurado sufre un accidente o fallece.
Esta situación evidencia una falta de cultura de prevención que permita enfrentar una crisis económica severa. Incógnita. Según el experto, muchas personas piensan que las pólizas son caras y que no hay forma de financiarlas. Sin embargo, explicó que se pueden ajustar a un plan financiero acorde a los ingresos del interesado.
En Monclova, los adultos de 35 años, que recién han formado una familia, son los más interesados en contratar seguros, aunque la cifra sigue siendo moderada. En cuanto a los jóvenes de 20 a 30 años, solo un 15% muestra interés, pero más en un fondo de ahorro para su vejez que en un seguro. Arturo invitó a las familias a considerar la contratación de un seguro que se ajuste a sus posibilidades y que a largo plazo beneficie a sus seres queridos.
Sugirió que lo ideal es asegurar un monto que cubra el sustento de la familia durante al menos cinco años, ya que está comprobado que las familias que pierden a un padre o madre enfrentan importantes dificultades económicas durante los primeros cinco años tras el fallecimiento.
Además, aconsejó que el beneficiario sea un familiar cercano, como una esposa, pareja o hijo mayor de edad, ya que si el beneficiario es menor, el cobro del seguro puede complicarse debido a la necesidad de un albacea. Es importante mencionar que se pueden realizar cambios en los beneficiarios mientras el asegurado esté vivo.
Cancelación.
Cabrera destacó que es crucial tener en cuenta que existen exclusiones en una póliza de vida; es decir, situaciones que pueden invalidar el seguro.
En los primeros dos años, las declaraciones falsas relacionadas con el estado de salud o ocupación del asegurado son disputables. “Por ejemplo, si un asegurado hace una declaración no veraz sobre un diagnóstico de cáncer y fallece dentro de esos dos años, la póliza podría anularse.
Asimismo, hay diferencia entre declararse empleado de una constructora y trabajador electricista, que enfrenta mayores riesgos, lo cual debe reflejarse correctamente en la póliza”, mencionó Arturo.
Otro aspecto importante es que el suicidio dentro de los primeros dos años no se cubrirá, a menos que haya ocurrido después de haber financiado la póliza durante cinco años.
Arturo Cabrera concluyó que es momento de priorizar los beneficios personales y adaptar las finanzas para obtener ventajas para uno mismo a través de fondos de ahorro o seguros de vida para sus familias.
Fuente: El Tiempo de Monclova