La inteligencia artificial emerge como la próxima frontera de la eficiencia, con un inmenso potencial económico en diversas áreas de negocio. No obstante, para que este avance sea beneficioso, es esencial que la IA sea gestionada de forma responsable. De hecho, su relevancia y potencial son tan significativos que recientemente ha sido regulada por la Unión Europea. La influencia de la IA en la vida diaria y en el entorno empresarial es innegable, impulsada por inversiones masivas de las principales empresas tecnológicas y una creciente confianza en su capacidad para impulsar el crecimiento económico.
“Todo este contexto lleva a un punto en el que los expertos, compañías, desarrolladores e implementadores de tecnología, reguladores e incluso la sociedad en general parecen estar de acuerdo: el potencial económico es colosal, pero también conlleva incertidumbre y complejos riesgos latentes”, según un articulo de Mapre publicado en la sección de innovación de su website.
El inmenso potencial económico de la inteligencia artificial requiere una implementación responsable para garantizar un desarrollo sostenible y evitar consecuencias negativas a corto y largo plazo. Como sector asegurador, debemos actuar como una red de seguridad en este entorno, además de ser facilitadores antes de cualquier proyecto o innovación relacionada con la IA. Es nuestra responsabilidad anticiparnos a lo que está por venir, liderando el camino a través del uso de una IA ética y una gobernanza responsable. comenta Fernández “Solo invirtiendo en investigación y utilizando la tecnología de manera adecuada, seremos capaces de acompañar a nuestros clientes en su camino y evaluar y respaldar el uso de la inteligencia artificial en cualquier iniciativa que se desarrollen” añade.