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¿Cuándo Termina la Temporada de Huracanes?

Sep 2, 2025 | MAPRE RE, Mundo, Terrestres

Temporada de Huracanes

La temporada de huracanes es un período crítico en regiones tropicales y subtropicales, donde los ciclones tropicales, conocidos como huracanes, tifones o ciclones según la región, representan amenazas significativas para comunidades costeras. Estas tormentas, impulsadas por aguas oceánicas cálidas y condiciones atmosféricas específicas, generan vientos intensos, lluvias torrenciales y marejadas ciclónicas, causando potencialmente pérdidas humanas y daños económicos billonarios. Comprender cuándo termina esta temporada es vital para la planificación de medidas preventivas, la preparación de comunidades y la gestión de riesgos, especialmente en un contexto donde el cambio climático altera los patrones tradicionales de estos fenómenos.

Oficialmente, la temporada de huracanes varía según la cuenca oceánica. En el Atlántico Norte, que incluye el Caribe, el Golfo de México y la costa este de Norteamérica, se extiende del 1 de junio al 30 de noviembre. En el Pacífico Oriental, también comienza el 1 de junio y termina el 30 de noviembre, mientras que en el Pacífico Central inicia el 15 de mayo. En el Pacífico Occidental, donde se forman tifones, la actividad es más continua, pero el pico ocurre entre mayo y octubre. En el hemisferio sur, como en el Océano Índico Sur y el Pacífico Sur, la temporada abarca de noviembre a abril. Sin embargo, estas fechas son convenciones basadas en patrones climáticos históricos; tormentas pueden formarse fuera de estos períodos, especialmente con el calentamiento global que extiende los rangos temporales.

Para 2025, la NOAA pronostica una temporada atlántica activa, con 13 a 19 tormentas nombradas, de las cuales 6 a 10 podrían convertirse en huracanes. El final de la temporada no implica un cese inmediato de riesgos, ya que tormentas tardías, como el Huracán Eta en noviembre de 2020, han causado impactos significativos. Este artículo explora las fechas de término por cuenca, los factores que determinan el final, los riesgos de tormentas tardías, los impactos del cambio climático y la preparación necesaria para cerrar la temporada de manera segura.

Fechas Oficiales por Cuenca Oceánica

Las temporadas de huracanes están definidas por convenciones internacionales basadas en datos históricos y patrones climáticos, con fechas específicas para cada cuenca oceánica. En el Atlántico Norte, la temporada termina oficialmente el 30 de noviembre, abarcando el período de mayor actividad ciclónica impulsada por aguas cálidas y condiciones atmosféricas favorables. El Pacífico Oriental comparte esta fecha de cierre, aunque su inicio es el 15 de mayo para áreas cercanas a México y Centroamérica. En el Pacífico Central, que cubre Hawái, también finaliza el 30 de noviembre.

En el Pacífico Occidental, donde los tifones son comunes, no hay una fecha fija debido a la actividad durante todo el año, pero el período de mayor riesgo termina alrededor de octubre. En el Océano Índico Norte, que afecta India y Bangladés, la temporada tiene dos picos (abril-junio y octubre-diciembre), con el final aproximado en diciembre. En el hemisferio sur, el Océano Índico Sur y el Pacífico Sur, que impactan Australia y Oceanía, concluyen su temporada el 30 de abril.

Fechas clave por cuenca:

  • Atlántico Norte: 30 de noviembre.
  • Pacífico Oriental/Central: 30 de noviembre.
  • Pacífico Occidental: Pico hasta octubre, sin cierre definido.
  • Índico Norte: Final aproximado en diciembre.
  • Índico Sur/Pacífico Sur: 30 de abril.

Estas fechas son guías, no reglas estrictas. Por ejemplo, en el Atlántico, tormentas como el Huracán Kate (1985) se formaron en diciembre, indicando que la vigilancia debe extenderse si las condiciones persisten. Organizaciones como la Organización Meteorológica Mundial establecen estas fechas para estandarizar la preparación global, pero las variaciones climáticas requieren monitoreo continuo.

Factores que Determinan el Final de la Temporada

El final de la temporada de huracanes está influenciado por cambios estacionales en las condiciones atmosféricas y oceánicas que dificultan la formación de ciclones tropicales. A medida que el otoño avanza en el hemisferio norte, las temperaturas superficiales del mar descienden por debajo de los 26.5 °C necesarios para alimentar la convección, especialmente en el Atlántico Norte. Este enfriamiento ocurre debido a días más cortos y menor radiación solar, reduciendo la energía disponible para tormentas.

Otro factor es el aumento del cizallamiento vertical del viento, que se intensifica con la llegada de frentes fríos y corrientes en chorro en latitudes medias. El cizallamiento desorganiza la estructura vertical de los ciclones, inhibiendo su desarrollo. Además, la atmósfera se vuelve más seca en capas medias, limitando la humedad necesaria para la convección sostenida. En el hemisferio sur, patrones inversos ocurren, con el enfriamiento otoñal en abril marcando el declive de la actividad.

Factores principales:

  • Enfriamiento oceánico: Temperaturas por debajo de 26.5 °C.
  • Cizallamiento vertical: Desorganiza estructuras ciclónicas.
  • Baja humedad: Reduce convección en capas medias.
  • Cambios estacionales: Menor radiación solar en otoño.

Oscilaciones climáticas como El Niño o La Niña también modulan el final. La Niña puede prolongar la actividad en el Atlántico al mantener condiciones favorables, mientras El Niño la suprime con mayor cizallamiento. Estos factores explican por qué las fechas oficiales son aproximadas, requiriendo vigilancia más allá del 30 de noviembre en años atípicos.

Riesgos de Tormentas Tardías

Aunque la temporada termina oficialmente en fechas establecidas, las tormentas tardías representan un riesgo significativo. En el Atlántico, noviembre puede generar huracanes potentes, como el Huracán Eta (2020), que devastó Centroamérica con inundaciones y deslizamientos, causando más de 200 muertes. Estas tormentas ocurren cuando las aguas permanecen cálidas y el cizallamiento sigue bajo, especialmente durante La Niña.

En el Pacífico Occidental, tifones fuera de temporada, como el Tifón Rai en diciembre de 2021, han causado daños significativos en Filipinas. En el hemisferio sur, ciclones en mayo, fuera de la temporada oficial, han afectado Madagascar y Australia.

Riesgos asociados:

  • Falsa seguridad: Comunidades bajan la guardia tras noviembre.
  • Impactos severos: Marejadas ciclónicas e inundaciones inesperadas.
  • Preparación limitada: Recursos de emergencia agotados tras el pico.

El cambio climático agrava este riesgo al prolongar las condiciones cálidas, con océanos reteniendo calor más tiempo. Por ejemplo, en 2024, tormentas tardías como Milton en octubre reforzaron la necesidad de monitoreo extendido. Las comunidades deben mantener planes de emergencia activos y seguir alertas meteorológicas incluso después de las fechas oficiales.

Impacto del Cambio Climático

El cambio climático está redefiniendo el final de las temporadas de huracanes al alterar las condiciones que las sustentan. El calentamiento global ha elevado las temperaturas oceánicas en 0.8 °C desde 1900, permitiendo que las aguas permanezcan por encima de 26.5 °C más allá de las fechas tradicionales. Esto extiende la ventana de formación, con tormentas ocurriendo en diciembre o incluso enero en el Atlántico.

Además, el cambio climático reduce el cizallamiento en algunas regiones al debilitar gradientes térmicos estacionales, manteniendo condiciones favorables para ciclones. Las precipitaciones asociadas han aumentado un 10-20% por grado de calentamiento, intensificando los riesgos de inundaciones tardías. La migración de las zonas de formación también expone nuevas áreas, como el noreste de Estados Unidos, a tormentas fuera de temporada.

Impactos clave:

  • Temporadas prolongadas: Actividad más allá de noviembre o abril.
  • Intensificación rápida: Tormentas más fuertes en menos tiempo.
  • Mayor precipitación: Inundaciones más severas.

Para 2025, estas tendencias exigen sistemas de alerta más robustos y planes de contingencia extendidos. Reducir emisiones globales es crucial para mitigar estos cambios a largo plazo.

Preparación para el Final de la Temporada

Prepararse para el cierre de la temporada implica revisar recursos, evaluar daños de tormentas previas y mantener la vigilancia. Comunidades deben reabastecer kits de emergencia con agua, alimentos no perecederos y medicamentos, ya que tormentas tardías pueden surgir inesperadamente. Inspeccionar viviendas para reparar daños, como techos debilitados, y renovar seguros contra inundaciones es fundamental.

Gobiernos locales deben limpiar drenajes y canales para prevenir inundaciones y coordinar simulacros de evacuación. Tecnologías como satélites y apps meteorológicas permiten monitoreo continuo, mientras que campañas educativas refuerzan la conciencia.

Pasos para cerrar la temporada:

  • Revisión de recursos: Reabastecer suministros de emergencia.
  • Mantenimiento estructural: Reparar daños y reforzar edificaciones.
  • Monitoreo activo: Seguir alertas hasta diciembre.

Estas medidas aseguran resiliencia frente a riesgos residuales, especialmente en años con actividad prolongada.


La temporada de huracanes termina oficialmente en fechas como el 30 de noviembre en el Atlántico, pero el cambio climático y las tormentas tardías desafían estas convenciones. Factores como el enfriamiento oceánico y el aumento del cizallamiento marcan el cierre, pero las aguas más cálidas extienden los riesgos. En 2025, una temporada activa resalta la necesidad de preparación continua.

La protección efectiva requiere vigilancia más allá de las fechas oficiales, con comunidades y gobiernos trabajando juntos para mantener recursos y alertas. Reducir el impacto del cambio climático mediante políticas sostenibles es crucial para limitar temporadas prolongadas. Al final, entender y prepararse para el término de la temporada fortalece la resiliencia, transformando un período de riesgo en una oportunidad para la seguridad colectiva.

Escrito por: Michel Carvajal

Más información en: Mapfrere.com

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